Las siguientes páginas, relacionadas todas ellas con la lengua y la literatura, me parecen de interés:
1.- Un buen diccionario: http://www.rae.es/rae.html
( Aquí puedes consultar también el Diccionario panhispánico de dudas )
2.- Otro buen diccionario: http://www.wordreference.com/esfr/
( Este es útil si lo que intentas es traducir de unas lenguas a otras, buscar sinónimos, ... )
3.- Una página fundamental para conocer nuestra lengua, aprenderla, comprobar su " estado de salud", noticias, ... http://www.cervantes.es/default.htm
4.- Si quieres encontrar libros y mucho más ( videos, documentos sonoros, ...) http://www.cervantesvirtual.com/
5.- Otro sitio donde encontrar más obras interesantes: http://www.bibliotecasvirtuales.com/
6.- Si lo que te interesan son las obras de literatura infantil y juvenil ( Servicio de Orientación de Lectura ) : http://sol-e.com/
7.- Una página utilísima para profes y para no profes: http://www.profes.net/
8.- Cuando desees saber qué obras literarias han sido llevadas al cine: http://www.uhu.es/cine.educacion/cineyeducacion/literatura.htm
9.- También la televisión tiene un programa literario interesante " Página 2" :
http://www.rtve.es/television/pagina2/
http://blogs.rtve.es/pagina2 ( Blog de su presentador, Óscar López )
10.- Finalmente, para los que se atreven a soñar con la fama literaria: http://www.escueladeescritores.com/
MINIBLOG LITERARIO
sábado, 12 de marzo de 2011
LEER LOS CLÁSICOS CASTELLANOS

Con bastante frecuencia a los profesores de lengua y literatura se nos plantea la cuestión de cómo hacer que nuestros alumnos lean con gusto a los clásicos.
No resulta sencillo en ocasiones despertar su interés ante obras que cuentan con varios siglos, a veces cerca de una decena.
Por una parte, no deseamos que los alumnos pierdan el gusto o el hábito lector por encontrar dificultad en esas lecturas " exigibles" ( llamarles "lecturas obligatorias" me resulta bastante incómodo - ¿ cómo vamos a obligar a alguien a hacer algo que debería constituir un placer? ). Por otra parte, también pensamos que si los alumnos no realizan esas lecturas en la escuela ¿ dónde y cuándo van a hacerlo? ¿ es posible que no lleguen a conocerlas nunca ? No podemos cargar con esa responsabilidad.
Me parece que nuestro papel como docentes es transmitir a nuestro alumnado que los clásicos han llegado a serlo porque contienen un fondo de valores, ideas, experiencias,...que mutatis mutandis pueden seguir teniendo vigencia incluso en nuestros días ( ¿Podemos permitirnos algunas equiparaciones incluso un poco pedestres de vez en cuando? Quizás la respuesta sea "sí". )
Entonces puede que la solución pase por descubrir fórmulas que resulten atractivas, porque a los clásicos y a los autores y obras consagrados de nuestra literatura se puede llegar por múltiples vías.
Lo primero, deberíamos elegir cuidadosamente lo más representativo de cada género. En ocasiones habrá que abordar una obra completa, pero no hay que descartar optar por una antología o una selección con los pasajes, fragmentos, composiciones que sean más atrayentes y estimulantes para los alumnos.
Sería conveniente partir de ediciones adaptadas en el caso de las lecturas medievales, por ejemplo. ( Por citar una con la que hemos trabajado recientemente: la realizada por la profesora Rosa Navarro de El Conde Lucanor, de la editorial Edebé ).
Otra posibilidad sería encontrar los textos en audiolibros u otros soportes multimedia.
En el caso de la lírica nos pueden ayudar también las versiones cantadas de poemas ( un ejemplo que ha tenido hace tan sólo un par de semanas un resultado bastante exitoso han sido las Coplas a la muerte de su padre, a las que ha puesto música recientemente el cantautor Amancio Prada , quien también abordó hace tiempo las obras de San Juan de la Cruz ).
Cuando se trata de un texto teatral, la lectura dramatizada puede convertirse en una buena alternativa.
En fin, a nos toca agudizar el ingenio, poner sobre el tablero todas las estrategias posibles y ante todo: no rendirnos.
¿Significa defender la lectura de los clásicos desdeñar o dejar de lado la lectura de obras de las llamadas de literatura juvenil? En absoluto. Lo ideal sería conseguir que nuestros alumnos se sintieran atraídos por la lectura, sin establecer una barrera infranqueable entre una clase u otra de literatura. Un buen lector no creo que haga esos distingos, leerá con más gusto un tipo u otro de libros, pero sabrá extraer lo mejor de cada uno.
Es más, algunos de estos libros nos acercan al mundo literario y incluso tienen como tema central un motivo íntimamente relacionado con la literatura. Me permitiré mencionar algunas obras a modo de ejemplo:
Finis mundi de Laura Gallego nos introduce en el mundo de los juglares medievales; Tuerto, maldito y enamorado de Rosa Huertas gira en torno a la investigación por parte de varios adolescentes de la vida y obra de Lope de Vega ( la misma autora trata la vida y obra de Miguel Hernández en Mala luna ); Quevedo se convierte en un personaje muy importante en una de las aventuras del capitán Alatriste, El caballero del jubón amarillo de Arturo Pérez-Reverte; un poeta más cercano en el tiempo, Antonio Machado, es personaje destacado en Zara y el librero de Bagdag de Fernando Marías; y así muchos más.
Ciertos libros de literatura juvenil nos despiertan la curiosidad por otras disciplinas como el cine, la pintura, otras artes,... o nos abren la puerta a otras culturas, a otros modos de concebir la existencia.
Hagamos sitio a todo tipo de obras, intentemos avivar el interés por la lectura,porque como dijo Santa Teresa de Jesús: “Lee y conducirás, no leas y serás conducido”.
En relación con este tema sería muy recomendable la lectura de un escrito de Italo Calvino titulado "Por qué leer a los clásicos".
Y también este otro " Leer a los clásicos", obra de un escritor y profesor de secundaria.
No resulta sencillo en ocasiones despertar su interés ante obras que cuentan con varios siglos, a veces cerca de una decena.
Por una parte, no deseamos que los alumnos pierdan el gusto o el hábito lector por encontrar dificultad en esas lecturas " exigibles" ( llamarles "lecturas obligatorias" me resulta bastante incómodo - ¿ cómo vamos a obligar a alguien a hacer algo que debería constituir un placer? ). Por otra parte, también pensamos que si los alumnos no realizan esas lecturas en la escuela ¿ dónde y cuándo van a hacerlo? ¿ es posible que no lleguen a conocerlas nunca ? No podemos cargar con esa responsabilidad.
Me parece que nuestro papel como docentes es transmitir a nuestro alumnado que los clásicos han llegado a serlo porque contienen un fondo de valores, ideas, experiencias,...que mutatis mutandis pueden seguir teniendo vigencia incluso en nuestros días ( ¿Podemos permitirnos algunas equiparaciones incluso un poco pedestres de vez en cuando? Quizás la respuesta sea "sí". )
Entonces puede que la solución pase por descubrir fórmulas que resulten atractivas, porque a los clásicos y a los autores y obras consagrados de nuestra literatura se puede llegar por múltiples vías.
Lo primero, deberíamos elegir cuidadosamente lo más representativo de cada género. En ocasiones habrá que abordar una obra completa, pero no hay que descartar optar por una antología o una selección con los pasajes, fragmentos, composiciones que sean más atrayentes y estimulantes para los alumnos.
Sería conveniente partir de ediciones adaptadas en el caso de las lecturas medievales, por ejemplo. ( Por citar una con la que hemos trabajado recientemente: la realizada por la profesora Rosa Navarro de El Conde Lucanor, de la editorial Edebé ).
Otra posibilidad sería encontrar los textos en audiolibros u otros soportes multimedia.
En el caso de la lírica nos pueden ayudar también las versiones cantadas de poemas ( un ejemplo que ha tenido hace tan sólo un par de semanas un resultado bastante exitoso han sido las Coplas a la muerte de su padre, a las que ha puesto música recientemente el cantautor Amancio Prada , quien también abordó hace tiempo las obras de San Juan de la Cruz ).
Cuando se trata de un texto teatral, la lectura dramatizada puede convertirse en una buena alternativa.
En fin, a nos toca agudizar el ingenio, poner sobre el tablero todas las estrategias posibles y ante todo: no rendirnos.
¿Significa defender la lectura de los clásicos desdeñar o dejar de lado la lectura de obras de las llamadas de literatura juvenil? En absoluto. Lo ideal sería conseguir que nuestros alumnos se sintieran atraídos por la lectura, sin establecer una barrera infranqueable entre una clase u otra de literatura. Un buen lector no creo que haga esos distingos, leerá con más gusto un tipo u otro de libros, pero sabrá extraer lo mejor de cada uno.
Es más, algunos de estos libros nos acercan al mundo literario y incluso tienen como tema central un motivo íntimamente relacionado con la literatura. Me permitiré mencionar algunas obras a modo de ejemplo:
Finis mundi de Laura Gallego nos introduce en el mundo de los juglares medievales; Tuerto, maldito y enamorado de Rosa Huertas gira en torno a la investigación por parte de varios adolescentes de la vida y obra de Lope de Vega ( la misma autora trata la vida y obra de Miguel Hernández en Mala luna ); Quevedo se convierte en un personaje muy importante en una de las aventuras del capitán Alatriste, El caballero del jubón amarillo de Arturo Pérez-Reverte; un poeta más cercano en el tiempo, Antonio Machado, es personaje destacado en Zara y el librero de Bagdag de Fernando Marías; y así muchos más.
Ciertos libros de literatura juvenil nos despiertan la curiosidad por otras disciplinas como el cine, la pintura, otras artes,... o nos abren la puerta a otras culturas, a otros modos de concebir la existencia.
Hagamos sitio a todo tipo de obras, intentemos avivar el interés por la lectura,porque como dijo Santa Teresa de Jesús: “Lee y conducirás, no leas y serás conducido”.
En relación con este tema sería muy recomendable la lectura de un escrito de Italo Calvino titulado "Por qué leer a los clásicos".
Y también este otro " Leer a los clásicos", obra de un escritor y profesor de secundaria.
lunes, 28 de febrero de 2011
LUGARES LITERARIOS
En muchas ocasiones las pasiones van unidas. Puede ser el caso de LEER y VIAJAR.
Sin duda la literatura nos permite entre otras cosas conocer lugares, su historia, sus costumbres, sus gentes,...
Antes de viajar sería recomendable leer algún libro que nos familiarice con el destino elegido, de modo que cuando pongamos nuestros pies en él no nos resulte extraño.
La región de La Mancha, gracias a la pluma del más universal de nuestros literatos, Miguel de Cervantes, está salpicada de lugares que hacen referencia a las peripecias de de don Quijote y Sancho Panza. Lugares como El Toboso, Puerto Lápice, las Lagunas de Ruidera,...
Otra ciudad magistralmente inmortalizada en la literatura ha sido Oviedo, la Vetusta de Clarín en La Regenta. El Oviedo de ayer y de hoy se dan la mano y los lugares mencionados por Leopoldo Alas siguen siendo rincones dignos de ser visitados.
El tercer lugar elegido será Salamanca, la capital del Tormes, allí no sabemos con certeza quién , pues su autoría ha sido y sigue siendo muy discutida, situó las aventuras del joven Lázaro, que se convertiría en el prototipo del pícaro. En el Lazarillo de Tormes se encuentra el origen de la novela picaresca, subgénero narrativo tan típico de la literatura española.
Sin duda la literatura nos permite entre otras cosas conocer lugares, su historia, sus costumbres, sus gentes,...
Antes de viajar sería recomendable leer algún libro que nos familiarice con el destino elegido, de modo que cuando pongamos nuestros pies en él no nos resulte extraño.
La región de La Mancha, gracias a la pluma del más universal de nuestros literatos, Miguel de Cervantes, está salpicada de lugares que hacen referencia a las peripecias de de don Quijote y Sancho Panza. Lugares como El Toboso, Puerto Lápice, las Lagunas de Ruidera,...
Otra ciudad magistralmente inmortalizada en la literatura ha sido Oviedo, la Vetusta de Clarín en La Regenta. El Oviedo de ayer y de hoy se dan la mano y los lugares mencionados por Leopoldo Alas siguen siendo rincones dignos de ser visitados.
El tercer lugar elegido será Salamanca, la capital del Tormes, allí no sabemos con certeza quién , pues su autoría ha sido y sigue siendo muy discutida, situó las aventuras del joven Lázaro, que se convertiría en el prototipo del pícaro. En el Lazarillo de Tormes se encuentra el origen de la novela picaresca, subgénero narrativo tan típico de la literatura española.
lunes, 21 de febrero de 2011
lunes, 7 de febrero de 2011
lunes, 31 de enero de 2011
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